enero 27, 2010

Home Alone

Como lo mencioné anteriormente, hace unos días se me acabó el gas por no revisar el medidor a tiempo. Llamé a la gasera y en un rato el problema estaba solucionado. Y cuando le dí de comer a las tortugas me acordé de que el día anterior no les había dado. Pobres. Hace unas semanas tuvimos un desperfecto con la bomba del agua, llamé al “señor de la bomba” y caso resuelto. Se acaban los huevos y compro más. Me fijo en cuánto papel de baño y jabón queda y lo apunto en la lista del súper. Invito a los amigos para una reunión el fin de semana. Hago citas con doctores, veterinarios y peluqueros. Doy instrucciones al jardinero. Decido qué vamos a comer y lo preparo. Y trabajo 8 horas diarias en la oficina, frecuentemente más.
Y pregúntome: si yo no veo el medidor del gas, ¿nadie más lo hace? ¿Nadie más le da de comer a las tortus? ¿Nadie en casa salvo yo sabe dónde están los teléfonos de amigos y prestadores de servicios? ¿Alguien más podría fijarse en las existencias de la despensa, plis? Somos tres adultos en casa, que comen, beben, se visten y hacen sus abluciones todos los días. Pero si algo falla... aquí estoy yo. Casi, casi siempre yo.


Los fines de semana me levanto antes que la familia y le doy una escombradita a la cocina antes del desayuno. Reviso el periódico, le doy de comer al gato, barro el piso. Sola. Cuando la familia se levanta, ¿se darán cuenta de que las migas del sándwich de anoche ya no están? ¿Que misteriosamente la luz del patio ya está apagada? ¿Que nadie me dijo que lo hiciera, y está hecho? Y me siento sola en casa, cuando la familia duerme y el sol ya está más o menos alto. Recuerdo a mi madre, barriendo a las 8 am de los sábados, y yo en cama, incapaz de levantarme antes de las 9:30 los fines de semana de mis veinte y pico de años. Karma is a bitch.
Okey, okey. Ya sé que es mi decisión el asignar responsabilidades... pero, insisto, ¿quién dijo que era yo quien debía asignar responsabilidades? Creo que históricamente las mujeres nos colgamos el papel de ama de casa, por muy liberadas, feministas, profesionales y mujeres-de-mundo que seamos. Y nos resistimos a ceder el control. Algunas, al menos.

Hace unas noches estaba viendo “The Devil Wears Prada”, una de mis películas favoritas. En una escena, el marido de Miranda Priestly, la editora-dragón de la más prestigiada revista de modas, le recrimina el que no lo haya acompañado a una cena. Eventualmente, esos “desaires” llevan al truene del matrimonio. Irónico que la poderosa Überbitch estuviera también regida por las reglas sociales convencionales, en cuanto a la familia se refiere. Supongo que para las simples mortales las reglas pesan aún más. Y aún así, me sigo preguntando... Why???

6 comentarios:

FerGil dijo...

Pues es que los patrones socialmente establecidos son difíciles de cambiar, muuuy difíciles... y hablando por el otro 50% de la población, de los que despiertan y ya se hizo mucho de lo pendiente, he de admitir, ¿quién de los hombres REALMENTE quiere hacerse cargo de más cosas? No hay nada como la comodidad... aunque suene (y sea) egoísta...

Diana (huachimingo) dijo...

pues yo tuve y tengo una madre (madre solo hay una y me tenía que tocar a mi!) que ha sido la perfecta ama de casa, esposa diligente, simpre al pie del cañon con el susodicho (lease mi padre), quien no nos dejaba levantar en fin de semana mas alla de las 8am, pero tampoco nos dejaba hacer nada porque venia ella a rehacerlo, esas actitudes que te hacen creer seriamente si de verdad eres nefasto, en fin, yo no soy como tu, pocas veces lo soy lo admito, mi marido creo sería felíz con que lo fuera, luego entonces tu crees q podria irme a vivir contigo una semana a ver si s me pega algo? un abrazo mi hacendosa y ordenanda amiga!

Doña M dijo...

Özer divina... Las mujeres y nuestro micro mundo donde todos los días hay una odisea.

Mire usté en el mío, le he pedido a Marido que alimente a los canes. Marido se va a la cocina, no sabe dónde están los platos, pregunta, le digo, no los encuentra, los busco, se los doy, les sirve, se queja que porque es poco, les sirve de más, le pido que no lo haga, se queja, entonces vuelve a servir, entrega los platos a los canes y me doy cuenta que no les puso zanahoria.

¿Qué fregados pues?

Anónimo dijo...

Özer de mi corazón, me cae que si te tuviera al lado te daba un beso y te abrazaba. Has explicado tal cual mi situación en casa. Yo admito que me cuesta muchísimo trabajo delegar, en parte porque me siento a veces la super mujer que puede cargar con todo el trabajo de casa (aparte de la oficina) y en parte también porque siento que mi maridi no va a hacer las cosas bien. Pero claro, después ando puteando por lo bajo porque nadie se apiada de la pobre de mi, JAJAJA! pero no sé a quién se le ocurrió que las cosas debían ser así de dispares. Mi viejo ni se queja si algo no le gusta porque ya sabe mi respuesta: ¿No te gusta? Hazlo tú.

Besitos

Carmen Tye dijo...

Y aun asi nos reiamos con la Zoila...

Pero si es que parece que llegamos al mundo con el titulo de "a mi me toca toooodo"

Y que tal el dia que te sientes mal pero primero recoges todo para poder quedarte en reposo?

O llegar de la oficina a hacer la comida a quien se quedo?!?! aGH!!

Besitos!

kemazoncita dijo...

Quiero abrazar a mi mami, ella siempre tan pendiente de todos en casa y uno de ingrato.

Creo que desde chiquitas nos programan el chip para ser las que cuidan, las que da calor al hogar, creo que muchas veces si la pareja no es así la hacemos, ese afán protector es más fuerte que nosotras.

Que miedo!

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