abril 01, 2012

Silencio

"En el gran silencio", escrita y dirigida por Philip Gröning
En casa estamos en etapa de exploración del cine de autor europeo, con resultados diversos. Ya he mencionado mi pertinaz (y limitado) gusto por las películas hollywoodenses (¿así se escribirá?) y similares, y mi poca paciencia ante el cine de arte.
Hace poco escuché el adjetivo "contemplativo" para designar al tipo de cine costumbrista, casi o totalmente documental, donde parece que no pasa nada. En ocasiones parece que no pasa nada, pero el espectador sigue pendiente de la pantalla hasta el final de la cinta... y a veces realmente no pasa nada en todo el trayecto. Pero nada. El ver este tipo de películas se convierte en una lucha entre la parte intelectual del espectador, que se empeña en terminar la cinta para probar que tiene buen gusto y un criterio bien afinado en la materia... y la parte meramente lúdica del mismo espectador, que quiere salir corriendo de la sala o apagar el televisor lo más pronto posible.

Nos regalaron un DVD de la película alemana "En el gran silencio", de 2005. La sinopsis del infalible IMDb está por acá. Este es cine contemplativo en serio, pues es un documental sobre la vida de los monjes cartujos en un monasterio francés. Cinéfilos contemplando la vida contemplativa de un grupo de hombres dedicados al silencio y la oración. Si hacen clic aquí, verán el artículo sobre la Orden de los Cartujos en Wikipedia. En lo personal el tema me apasiona, pues considero que la vida monacal, sea para las órdenes femenias o masculinas, sin importar la religión a la que pertenezcan, es la manifestación más pura que podemos tener actualmente de la espiritualidad. Estos monjes en particular, además de ser una orden de clausura, hacen votos de silencio. Sólo hablan entre sí una vez a la semana, durante la cena dominical, y en las raras ocasiones en que el abad organiza alguna salida a la campiña que rodea el monasterio. Por lo demás sólo escuchan sus voces durante los oficios religiosos y en las lecturas durante las cenas comunes, pues el resto de los (magros) alimentos los toman en sus celdas.
No puedo siquiera imaginar lo que es una vida así, y sin embargo me parece hermosa.

Ahora, con respecto a la película en sí... encuentro grandes problemas. Claro que el obtener permiso para filmar dentro del monasterio, justo dentro de las mismas celdas (habitaciones) de los monjes, debe haber sido un triunfo, y las duras condiciones en las que viven se reflejan muy bien en el estilo de la cinta, pero el paso glacial con el que transcurre la película hace que ver cada minuto en pantalla sea un triunfo de paciencia. El cinefotógrafo se puso un tanto... creativo... y a veces ni siquiera se aprecia lo que estamos viendo en pantalla. ¿Toque artístico? Tal vez, pero creo que en este caso las imágenes reales, tal cual aparecen al ojo humano, son tan artísticas como un cuadro de un maestro flamenco de siglos atrás. El uso de filtros que todo lo nublan e imágenes repetidas una y otra vez (la misma vela, el mismo plato, la misma frase) simplemente aparece como una machacona obsesión. De nuevo, sentí que el director me decía "mira esto, es importante. Míralo otra vez, ¿ya te diste cuenta de que es importante? Aquí te va de nuevo, porque no has entendido todavía". Toda la carga mística de un oficio religioso celebrado a la luz de las velas se pierde cuando estoy peleando por ver en la pantalla oscurecida lo que está ocurriendo, y además está tomado desde un ángulo que más que original resulta simplemente incómodo. Y son 2 horas y 50 minutos de lucha, pues pareciera que el director no puede simplemente retratar, sino que tiene que hacernos ver las imágenes con los mismos lentes con los que él las ve. Ahora, esa es simplemente mi opinión, desmentida por los múltiples premios que ha ganado este documental.

Sólo he podido ver unos 90 minutos de los 170 que dura en total. Ya veré el resto, porque realmente el documental es bello e interesante, soy yo la impaciente. Pero lo cierto es que, después de observar aunque sea por poco tiempo a estos hombres de fe y práctica silenciosa, durante un buen rato estuve observando mis acciones cotidianas... haciéndolas lentamente y en silencio.

1 comentario:

Kishiria dijo...

Tengo una amiga que consideraría su ideal en la vida irse a recluir en un monasterio a copiar libros a mano, le conseguiré esta película.

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